Tui Shou (Empuje de Manos)

El Tui Shou (Empuje de Manos) es una práctica transversal de las artes marciales chinas, especialmente aquellas denominadas artes internas (nei jia), que consiste en una exploración en pareja de las habilidades adquiridas relacionadas con la estructura, la intención, la relajación, la eficiencia, el equilibrio, la sensibilidad, los reflejos, entre muchas otras.

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Más que asemejarse a un combate de puños y patadas, es usual verla como un intercambio controlado en donde se procura mantener un contacto constante con la pareja (se busca seguir, unir, adherir y conectar con sus movimientos). Sin embargo, en su esencia puede albergar técnicas marciales de todo tipo y dar paso a cambios sorpresivos si se practica con esa intención.

El Tai Chi Chuan tradicional, o el Yi Chuan, por ejemplo, incluyen el empuje de manos como parte esencial del entrenamiento y aprendizaje de habilidades físicas y mentales, al igual que una manera de «poner a prueba» y profundizar en el conocimiento aprendido durante la práctica solitaria. Para ello existen numerosas rutinas, desde aquellas con una postura fija de piernas, unos movimientos predeterminados de brazos, unas reglas sobre los puntos de contacto y técnicas válidas, otras que incluyen desplazamientos, y finalmente el empuje (o combate) libre. No es necesario, por lo tanto, tener conocimiento de ningún arte en específico para aprender o practicar Tui Shou, aunque sí resulta complementario.

Al buscar desarrollar cualidades «internas» (mentales y perceptivas) relacionadas con la psicomotricidad y la correcta ejecución de la técnica, más que con la fuerza muscular, es aconsejable comenzar practicándolo lentamente, e ir acelerando en la medida en que sea posible mantener la calma y la atención. Todo lo anterior hace que el entrenamiento de Empuje de Manos aporte varios beneficios:

1. Minimiza los riesgos de lesión y enseña a prevenirlos: Busca desarrollar la propiocepión, el correcto posicionamiento de las extremidades y articulaciones, el mantener una postura adecuada, la ejecución de movimientos funcionales y eficientes, prevenir el desgaste energético, entre otras.

2. Es asequible a todo tipo de personas: la cualidad, riqueza y progresividad de las rutinas permite que, sin importar las capacidades de la persona, casi cualquiera pueda practicar una u otra forma de Empuje de Manos y obtener alguno de sus beneficios.

3. Proporciona consciencia de uno mismo y del entorno: Luego de adquirir mayor autoconsciencia,  se percibe y logra comprender mejor al otro, sus dinámicas, su posicionamiento, intención y nuestra relación y respuesta frente a los cambios externos. Ante una cultura que prioriza la interacción basada en el pensamiento racional y la vista, el Tui Shou hace énfasis en el tacto, la atención plena y el desarrollo de la intuición.

4. Equilibrio dinámico: Incluso en los objetos que consideramos inmóviles todas sus partículas están en constante vibración. Ser conscientes de estos sutiles cambios y el movimiento que hay en todo lo que percibimos nos lleva a entender que el equilibrio sólo puede lograrse como un proceso dinámico de adaptación, por medio de una consciencia vigilante, de una mente en calma, silenciosa, de un cuerpo perceptivo, despierto y lleno de vitalidad.

5. Proporciona analogías aplicables a otras disciplinas o a la vida misma: el equilibrio, la cooperación, la consciencia, la claridad, la calma, y todas las virtudes que se experimentan durante la práctica de Tui Shou son aprendidas experiencialmente, no sólo con el intelecto sino con cada célula del cuerpo. El valor de cada virtud es mejor comprendido y poco a poco comienza a ponerse en práctica en otros ámbitos de la vida.

Aunque en un comienzo el Tui Shou puede entenderse como un juego competitivo en donde se ponen a prueba las capacidades, su finalidad, si queremos considerarla alineada con el espíritu de las artes marciales internas (y la filosofía taoísta), es fundamentalmente cooperativa. Quien tenga alguna ventaja y se empeñe en demostrar su «superioridad» momentánea sólo logrará alimentar su orgullo hasta que tarde o temprano este sea golpeado. Sin embargo, si logra asertivamente identificar los errores del otro y hacérselos notar en el momento en que aún pueden ser corregidos, no sólo lo estará ayudando en su aprendizaje, sino que estará también ahondando en su propio conocimiento sobre fallas potenciales, y capacitando más a su compañero para que ambos puedan retroalimentarse y ayudarse mutuamente a seguir aprendiendo, mejorando y descubriendo nuevas cosas en el camino al auto-descubrimiento y el auto-dominio.

 

Un buen soldado nunca es agresivo,
un buen guerrero nunca es irascible
la mejor manera de conquistar a un enemigo es ganarle sin enfrentarse a él
la mejor manera de emplear a alguien es servir bajo sus órdenes
A esto se llama la virtud de la no-lucha
A esto se llama emplear las capacidades de los hombres
A esto se llama estar casado con el Cielo desde siempre

Dao De Jing, 68

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