El Chi Kung (Pinyin: qìgōng, que traduce trabajo con la energía vital) es un conjunto de ejercicios tanto físicos como psíquicos y de respiración, enfocados en mejorar la salud, vitalidad y conciencia mental y corporal del practicante. Trabaja de manera integral, pues cubre todas las dimensiones que componen a la persona. Se ha desarrollado simultaneamente y en interacción permanente con la medicina china, por lo que comparten bases teóricas y prácticas. Cuenta con diferentes sistemas de movimiento, desde las formas más silenciosas, meditativas e inmóviles, hasta las que llevan el cuerpo a situaciones límite.
Por un lado, los movimientos físicos ayudan a la flexibilidad, elasticidad, mejoran la circulación, la oxigenación y fortalecen el sistema esqueletomuscular, linfático y nervioso central. Mientras tanto, sus ejercicios de visualización ayudan a la concentración, la conciencia corporal, la relajación y la sensibilidad. El trabajo conjunto entre cuerpo y mente llevan a producir cambios psíquicos y fisiológicos que de otra forma no se lograrían.
A diferencia del Taiji Quan, el Qigong no es un arte marcial. Sin embargo, los cambios que produce en el cuerpo y la mente proveen numerosos beneficios que también tienen efectos funcionales para todo tipo de disciplinas. De hecho, el Taiji se fundamenta también en ejercicios y movimientos provenientes del Qigong. Por lo tanto, para las personas cuyo principal interés es mejorar o preservar la salud, recuperarse de alguna lesión o no tienen ningún interés marcial, se recomienda probar el Qigong.
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